Contra la crispación, abre tu mente
Foto de Bob Mical |
Es el momento de trabajar el perfil de la persona que tenemos delante, estudiar sus perfiles sociales, interesarse por sus gustos y aficiones preguntando a los compañeros de trabajo, o preguntándole directamente sobre qué le gusta hacer en su tiempo libre.
Si la persona en cuestión tiene hijos podemos hablarle sobre los nuestros, e interesarnos activamente por los suyos. Siempre centraremos la conversación en la persona que tenemos enfrente y no en nosotros mismos. A todo el mundo le gusta hablar de sí mismo y es una forma de que la persona se relaje a nuestro lado.
Tampoco te centres mucho en temas de los que no tengas ni idea y se sincero al respecto. Si hay algo de lo que no sabes mucho, dilo claramente pero indica tu interesé por el asunto. Aquí tu interlocutor puede comenzar a hablar y mostrar sus conocimientos sobre el tema.
Yo mismo no tengo ni la menor idea de fútbol, pero sin embargo suelo encontrarme con clientes que si que tienen inquietudes por el balompié. Me intereso por la situación de sus equipos favoritos, les pregunto por tal o cual fichaje sobre el que he oído hablar en la televisión y a veces hasta les acompaño a ver un partido. Tengo que reconocer que normalmente no es un tema que me interese, pero cuando te encuentras en un estadio de fútbol y rodeado por toda esa tensión, al final termina por ser una experiencia interesante.
Podemos decir que se trata de una forma más de conocer y enriquecer tu vida con nuevas experiencias que quizás no te habías planteado nunca.
Foto de Siska Maria Eviline |
Busca un tema que le guste a tu interlocutor e interésate por él. Puedes descubrir nuevas aficiones y seguro que estrecharéis lazos.
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