Interés sincero vs. obsesión psicópata
Foto por Javier Morales (Creative Commons) |
Lo normal en una entrevista de trabajo es que aprendamos acerca de la cultura de la empresa, historia o incluso sus competidores, clientes y proveedores. Este es un ejercicio que casi todos hacemos antes de acudir a una entrevista: visitar la web de la empresa, averiguar su estado financiero en las webs de ratings, consultar opiniones en otros sitios y tomar el pulso a las opiniones de los consumidores o clientes acerca de sus productos o servicios, etc.
Estas indagaciones son interesantes, especialmente para que el entrevistador sepa que estamos interesados en el puesto y que conocemos la empresa. Sin embargo, existe un elemento dentro de la empresa sobre el que resultará más difícil encontrar información: tu futuro jefe.
Si tienes la oportunidad, habla con otras personas que trabajen con tu futuro jefe, averigua su historial de trabajos en webs como LinkedIn y busca información sobre él/ella en Facebook o Twitter. Esta información sobre sus gustos y aficiones te permitirá establecer los puntos que tienen en común y empezar con mejor pie. Tal vez hasta conocéis a personas en común que pueden aportarte información sobre su carácter y su forma de trabajar.
Como siempre digo, no se trata de que finjas ser alguien que no eres. Por ejemplo, si sabes que le gusta el fútbol y a ti no te gusta, olvida ese capítulo porque no es un punto en común y si intentas engañarle hablando de un tema que no sabes, siempre será un desastre. Sin embargo, si a los dos os gustan las películas de terror o pertenecéis a algún club o asociación, este es un punto de partida para futuras conversaciones en la máquina de café o en algún coffee break entre reuniones.
No olvides el equilibrio entre la curiosidad y la persecución psicópata. Imagina que alguien te dice “Sé que te gustan los perros porque he visitado tus perfiles sociales y he visto todas tus fotos con tu perrita Buffy”. En este caso tu entrevistador o jefe pensará que tiene delante a un/a psicópata obsesionado con su persona y se sentirá invadido en su intimidad, lo que será peor aún. Lo más probable en este caso es que nunca vuelva a dirigirte la palabra o incluso que ponga este episodio tan peculiar en conocimiento de los reclutadores, al menos eso es lo que yo haría.
Utiliza referencias ocasionales a los datos que encuentres y siempre aludiendo a temas en común. Siempre podrás iniciar y mantener una buena relación con alguien de quien sabes sus gustos y aficiones que no con alguien a quien no conoces de nada. La probabilidad de meter la pata en una conversación se incrementa en este segundo caso.
Aprende sobre tu futura empresa y sobre tu futuro jefe para fomentar las buenas relaciones, pero sin caer en la persecución psicópata.
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