Presiona un muelle, suéltalo y saltará muy lejos
Foto por Éanna Q (Creative Commons) |
Soy de los que tiene en casa un diccionario y me gusta de vez en cuando repasar las definiciones de algunas palabras, ya que con el uso se van desvirtuando.
Hace poco, tomando un café con unos clientes, surgió en la conversación el significado de coaccionar. Uno decía que tenía que coaccionar a sus comerciales para vender, y los demás le decíamos que lo que tenía que hacer era persuadirlos.
Decidimos mirar la definición:
- Coaccionar: verbo transitivo. Ejercer fuerza o violencia física o psíquica sobre una persona para obligarla a decir o hacer algo contra su voluntad.
- Persuadir: 1. Conseguir con razones y argumentos que una persona actúe o piense de un modo determinado. 2. (persuadirse) Llegar a saber o creer algo con certeza por las razones de otro o por la propia experiencia o reflexión.
Al fin y al cabo se trata del mismo concepto que explicaba en mi anterior artículo "Motivación vs. entusiasmo" pero con un concepto mucho más agresivo como es el de la coacción.
Puedes coaccionar a tu equipo comercial para vender hablándoles de los objetivos, de su inestabilidad laboral, de lo fácil que sería encontrar otros comerciales para cubrir su puesto; pero lo realmente bueno es conseguir mediante argumentación que ellos mismos lleguen a la conclusión de que deben de vender. Los objetivos van a seguir igualmente en su sitio, y los comerciales somos conscientes de ello, pero si uno está continuamente pensando en que no va a llegar a los objetivos al final no llega.
El pensamiento positivo siempre la funcionado mejor que el negativo, por lo que da argumentos a tus equipos para formase una idea positiva de las consecuencias del trabajo bien hecho y de la consecución de objetivos.
Foto por Penn State (Creative Commons) |
Sin embargo, si lo sujetas suavemente sin hacer presión sobre él, el muelle permanecerá en la mesa o el salto será menor.
No se si la analogía es la más correcta, pero mi cliente entendió que no se puede estar presionando continuamente a su equipo. Pasó de coaccionar a su personal continuamente a ir reduciendo la presión mediante un reporte semanal de objetivos en lugar de charlas diarias en las que utilizaba los gritos y amenazas con mucha ligereza.
Foto por Sebastiaan ter Burg (Creative Commons) |
La consecuencia fue que sus ventas tuvieron un ligero ascenso y además tuvo un nivel de abandono de puestos de sus comerciales mucho menor.
Los muelles habían dejado de saltar de la mesa.
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