¿Y tú en quién influyes? - Influence Awards 2016



La semana pasada tuve oportunidad de asistir a un evento organizado por Influencity. Esta empresa se encarga de poner en contacto a "Influencers" o "Influenciadores" si queremos llamarlos en español, con agencias de publicidad y anunciantes.

Se trataba de un evento celebrado en la Gran Vía de Madrid, en el Palacio de la Prensa, que contó con asistencia de multitud de blogeros, tuiteros y facebookeros de habla hispana que acudieron hasta desde todo el mundo


El término infuencers me resulta incómodo, hasta de pronunciar. Hay un término que considero más adecuado y es el de "generadores de opinión" que es lo que realmente son. No se trata únicamente de generar una opinión como la que pueden generar los contertulios políticos o económicos de la televisión, sino de generar un ambiente propicio al consumo de un determinado producto o servicio. Si vemos a un cierto famoso en la televisión con una prenda de una determinada marca, mucha gente querrá comprarla porque entiende que los valores de ese personaje coinciden con los suyos, esos valores se transmiten a la marca y el potencial comprador de esa prenda de vestir, quiere esa prenda porque los valores que ahora tiene esa prenda coinciden con los suyos (o los que le gustaría tener). Esa es la idea de los "generadores de opinión" en las redes sociales: traspasar tus propios valores a la marca que representas, aunque sea únicamente en un par de tweets.



Realmente si lo pensamos bien,  todos somos influenciadores o generadores de opinión: cuando compramos un producto y lo comentamos con nuestros amigos en una cena o con un vecino en el ascensor, estamos influyendo en las probabilidades de que esa persona compre ese producto o servicio. Lo único que cambia cuando uno es influencer en redes sociales es la cantidad de personas a las que puede llegar ese mensaje.

Sin embargo no todo está en los números. No por tener más seguidores tu mensaje va a llegar mejor a tus seguidores. Se trata de que tus seguidores tengan unos valores consistentes con los tuyos. De nada te sirve tener 250.000 seguidores que realmente no están interesados en el producto que les vas a ofrecer. Lo interesante es tener un porcentaje de seguidores que realmente estén interesados en el producto que les vas a ofrecer... y que puedan permitírselo económicamente, claro.

En la entrega de uno de los premios me llamó la atención una frase que una de las premiadas dijo, y que me dio que pensar bastante... "Vosotros sois internet, porque internet sin contenido no es nada."

Somos simples generadores de contenidos, que creemos que interesan a nuestros seguidores y en los que compartimos las opiniones sobre productos o servicios. Digamos que somos el "relleno" de internet, al igual que el relleno de una almohada... La funda está muy bien, pero nadie duerme sobre una funda de almohada vacía... El contenido es lo que hace que la almohada sea tan confortable como puede ser.



Hace mucho tiempo, un profesor de marketing que tuve en la Universidad me dijo una gran frase: "Nunca vendas un producto en el que no creas, porque no lo venderás nunca." De igual modo, los influenciadores en redes sociales no deben nunca dar opiniones falsas o fuera de su esquema de valores. Si realmente hay un producto en el que no crees, nunca lo publicites, porque si alguien te pregunta sobre él... ¿Qué le dirás? ¿Le mentirás?

Piensa que siempre estás influyendo en las personas, con cada opinión que das, gesto que haces o comentario que compartes, ya sea en las redes sociales o en el mundo real.

Casi como colofón a este artículo, me gustaría dar las gracias a Influencity, en especial a Berta Moreno, y a mi gran amigo José Noblejas, conferenciante sobre temas de redes sociales e influencer también, que me acompañó a este evento.

Lo único que cambia es el medio y el número de personas a quien llegues, pero la idea es siempre la misma:

Se fiel a tus valores y
transmítelos a productos
en los que realmente creas.



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