Vivir o sobrevivir

Imagen de Sabine van Erp en Pixabay

¿Qué es lo que te motiva a levantarte cada mañana? ¿Qué es lo que te hace sentir que tu vida tiene sentido? ¿Qué es lo que te llena de alegría y satisfacción? Estas son algunas de las preguntas que todos deberíamos hacernos de vez en cuando, porque nos ayudan a reflexionar sobre nuestro propósito en la vida.

Muchas personas piensan que el propósito de la vida es trabajar duro y ganar dinero. Lo hacen para satisfacer sus necesidades materiales, para comprar cosas que les hagan felices, para tener seguridad y comodidad. Pero eso no es vivir, eso es sobrevivir. El dinero no puede comprar la felicidad, ni el amor, ni la paz interior. El dinero solo es un medio, no un fin.

Otras personas tienen una visión diferente de la vida. Salen fuera y buscan gente que necesita su ayuda. Hacen sus vidas mejores con su generosidad, su compasión, su bondad. Se convierten en una esponja capaz de absorber la negatividad y se convierten en esa persona que luego es capaz de emitir buenas vibraciones. Y entonces es cuando se dan cuenta de que han cambiado la vida de alguien y de que gracias a ellos, esa persona no se ha rendido. En ese momento es cuando están viviendo realmente.

Vivir consiste en tener un propósito y dirigirse a él con pasión y gratitud. Un propósito que nos haga sentir que estamos aportando algo positivo al mundo, que estamos haciendo una diferencia, que estamos dejando una huella. Un propósito que nos haga crecer como personas, que nos haga aprender, que nos haga superar los obstáculos. Un propósito que nos haga disfrutar del camino, que nos haga valorar lo que tenemos, que nos haga agradecer lo que recibimos.

¿Cuál es tu propósito en la vida? ¿Qué te hace sentir vivo? ¿Qué te hace feliz? Encuentra tu respuesta y persíguela con todo tu corazón. No te conformes con sobrevivir, vive.


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