¿Eres mano de obra fácilmente reemplazable?


Bridge Workers
Foto por Chris Brown (Creative Commons)

En ocasiones tenemos tendencia a decir que buscamos un trabajo. "UN" trabajo... no nos importa realmente qué tipo de trabajo. Ante todo quiero decir que todos los trabajos son igualmente dignos, pero depende de lo que sean tus aspiraciones en la vida el formarte para escoger un tipo de trabajo u otro.

La frase "busco UN trabajo" tiene cierto sentido cuando las cosas están muy mal en lo económico, y en la coyuntura de los últimos años se escucha cada vez más, ya que realmente las empresas no buscan personal cualificado (porque hay que pagarlo), sino personal que saque trabajo adelante. Un amigo mío me decía que al llegar a una empresa le daban un montón de papeles cada mañana y la única petición que le hacían era que al final del día esos papeles hubieran desaparecido. Realmente no le pedían que resolviera los asuntos de forma satisfactoria ni para el cliente ni para la empresa, sólo le pedían que se los quitase de encima.

Tenemos que remontarnos al antiguo Egipto. Imagina cuando se construían las pirámides. En aquella época lo que se buscaban era mano de obra capaz de tirar de la cuerda, de hacer el trabajo rutinario y rápido. Si el esclavo de turno no rendía o caía enfermo, la facilidad de sustitución era mucha: simplemente había que buscar a otras manos que agarren y otras piernas que tiren del peso.

Actualmente la mayoría de organizaciones tiende a querer ser alguien que resuelva el trabajo tal y como siempre se ha hecho. Queremos convertirnos en mano de obra que tire de la cuerda sin cuestionarse si existe otro método mejor para hacer el trabajo. Se suele pedir que tires de la cuerda pero si tenemos una visión más global, el objetivo final no es tirar o empujar de la piedra sino llevar la piedra hasta su posición.

¿Y si encontramos otra forma más fácil de llevar la piedra hasta su destino? ¿y si somos capaces de encontrar formas más eficientes de hacer el trabajo que se nos ha encomendado?

Old Ray-O-Vac Batteries
Foto por Dean Johnson (Creative Commons)

Las empresas suelen buscar últimamente energía, personas que trabajen de forma incansable. Lo importante no es sólo tu energía, sino tu talento, tu capacidad de pensar. No debes de estudiar para convertirte en una pila de energía, una batería que es reemplazable de forma fácil. Debes de convertirte en el cerebro creativo, la fuente de procedimientos y sistemas que implantar.

Este debe de ser nuestro objetivo: convertirnos en personas con conocimientos suficientes y creatividad inagotable, para poder resolver los problemas finales de forma global.

right brain
Foto por Allan Ajifo (Creative Commons)

Si nos convertimos en personas que solucionan el problema de forma creativa y no en mano de obra, entonces seremos mucho más difíciles de sustituir. Se trata de hacer trabajar a nuestros dos hemisferios cerebrales de forma coordinada para solucionar problemas: con creatividad pero sin dinamitar todo lo establecido. No hablo de que nos hagamos imprescindibles y demasiado creativos, porque entonces es posible que seamos considerados antisistema, sino de que cuando no estemos se nos eche de menos por las soluciones que aportamos.

Piensa por un momento en cuánto le costaría a tu empresa volver al nivel de productividad que tiene contigo si tu desaparecieras mañana. Ese tiempo es directamente proporcional al valor que aportas a la empresa.

Deja de tirar de la cuerda sin cuestionarte nada y empieza a pensar en cómo solucionar problemas de forma global.

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