Tu intuición es tuya


¿Alguna vez has tenido una intuición que nadie más ha compartido contigo? Eso es lo más normal. De hecho, la intuición, como la imaginación, las visiones o los presentimientos son algo completamente personal y subjetivo.

No puedes esperar que otra persona tenga la misma intuición que tú, porque las intuiciones surgen de tu interior y son sentimientos y/o pensamientos y sensaciones personales.

Llegas a un camino y vas con otra persona. Tú quieres ir por la derecha y tu acompañante quiere ir por la izquierda. Tanto tú como él defendéis vuestra posición airadamente. ¿Porqué? Ninguno de los dos ha estado allí antes, pero la intuición está entrando en juego y en situaciones como esta se hace más que notable.

Por regla general, estas premoniciones o actos creativos están basados en experiencias anteriores y sensaciones que nuestra mente capta del ambiente donde nos desenvolvemos de forma subconsciente. La mente almacena toda esta información y no nos permite verla, pero sin embargo, nos ofrece las conclusiones de su análisis directamente. 

¿Porqué sabes que tienes que ir por el camino de la derecha y no de la izquierda? No sabes porqué, pero sabes que es así y lo defiendes frente a tu “oponente”.

Albert Einstein solía decir de “La única cosa realmente valiosa es la intuición”. En 1930 decía en una entrevista que intuía que su teoría de la relatividad era cierta, pero aún no había podido probarla. Posiblemente su subconsciente ya la había resuelto y le ofrecía directamente el resultado, pero aún debía de ser probada por otros científicos más adelante.

¿Significa esto que siempre debemos hacer caso a nuestros impulsos y presentimientos? No, en absoluto. Por mucho que mi mente me diga cuando estoy al borde de un precipicio que volaré, lo más probable es que se equivoque y termine en el fondo del barranco, a no ser que lleve un flying suit.

Las intuiciones son elementos más de juicio que nos ayudan a tomar mejores decisiones, pero no deben de ser decisiones en si mismas.

Existen tres mundos: el que realmente es, el que percibimos de forma consciente y el que percibimos de forma inconsciente.

Si vamos a un evento algunas personas que estuvieron allí, las vimos, pero no fuimos conscientes de su presencia. En este caso estaban en el mundo real, seguramente nuestro inconsciente captó su presencia, pero conscientemente no podemos decir que le vimos, porque no lo recordamos. Si no conocemos a esa persona, será la típica situación en que decimos “yo te conozco de algo” o “nos hemos visto antes, pero no sé donde”.

También pueden existir detalles de ese evento que hayamos captado como que ciertas personas interactúan entre ellas y posteriormente las relacionamos inconscientemente sin saber porqué.

Existe un dialogo interesante entre Radidranath Tagore y Einstein donde se habla de este tema de la concepción del mundo y la visión real que tenemos de él.



Es posible que nuestro inconsciente se equivoque, seguro que lo hace pero se equivoca igual que el consciente, por lo que no podemos tomar las intuiciones como dogmas y hay que analizarlas como un elemento más y tenerlas en consideración como un factor más de posible decisión.

Las personas que no tienen nunca en cuenta sus intuiciones, están perdiendo una gran cantidad de información que ya obra en su poder, aunque no sea conscientes de ello, y la desechan simplemente porque no saben de dónde ha salido.


Confía más en ti y en lo que te dice tu subconsciente y por supuesto, no esperes que los demás entiendan tus presentimientos.

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